Si tu coche ha sufrido una pequeña rallada en la carrocería, no te preocupes, no necesitas llevarlo al taller. Con un poco de paciencia y las herramientas adecuadas, puedes reparar tú mismo la rallada. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.

Lo primero que debes hacer es limpiar la zona afectada con agua y jabón suave para eliminar la suciedad y los residuos. Después, lija la zona con una lija de grano fino, asegurándote de que la superficie quede uniforme y libre de cualquier imperfección.

Una vez que la imprimación esté seca, es hora de aplicar la pintura. Asegúrate de utilizar una pintura del mismo color que el coche para que la reparación sea discreta. De nuevo, utiliza una pistola pulverizadora o un pincel para aplicar varias capas finas, dejando que cada capa se seque antes de aplicar la siguiente.

Cuando hayas terminado de aplicar la pintura, utiliza un compuesto pulidor para darle brillo y un acabado uniforme a la reparación. Aplica el compuesto pulidor con un paño suave y frota suavemente hasta que la superficie quede brillante y uniforme.

Por último, espera a que la pintura se seque completamente antes de conducir el coche. Deja el coche al aire libre y asegúrate de que la zona reparada esté protegida de la lluvia y la humedad durante al menos 24 horas.

En resumen, reparar una pequeña rallada en la carrocería de tu coche es un proceso sencillo y no requiere de herramientas especializadas. Limpia la zona afectada, lija la superficie, aplica la imprimación, la pintura y el compuesto pulidor para darle brillo. Siguiendo estos pasos, podrás reparar la rallada por ti mismo y ahorrar dinero en el proceso.